Los vecinos de Prádanos de Ojeda estaban ayer de fiesta por dos motivos, el primero era la inauguración de su renovada Plaza del Sagrado Corazón, cuyas obras se culminaron en verano.
Una actuación que ha tenido un coste de 35.000 euros, y que ha contado con la ayuda de la Junta de Castilla y León y de la Diputación de Palencia.
Obra realizada por la empresa Hormigones Sierra, con la que se ha querido mejorar la accesibilidad de la céntrica zona en la que se encuentra el Ayuntamiento de Prádanos, el Colegio de Educación Infantil, el Centro de Salud y también la ermita del Sagrado Corazón.
La actuación ha consistido en la mejora de la Plaza del Sagrado Corazón que se encontraba muy deteriorada y que suponía un peligro para los viandantes por las barreras arquitectónicas con las que contaba, según se especifica en el proyecto. Una actuación muy celebrada por los vecinos que ayer quisieron asistir a la inauguración junto a diversas autoridades como la alcaldesa de la localidad, Ana María Gómez.
Una jornada de fiesta en la que durante toda la mañana se pudo disfrutar por séptimo año del tradicional Mercado de Noviembre.
Instalados precisamente en la Plaza del Sagrado Corazón los vecinos y visitantes pudieron ver la decena de expositores de artesanía y agroalimentación que en Prádanos se instalaron.
Una muestra en la que también participan un gran número de vecinos que ponen a la venta productos que ellos mismos han manufacturado a lo largo de todo el año e incluso se realiza intercambio de objetos o aperos de labranza, mediante trueque.
Jornada en la que no faltó la buena gastronomía, ya que se organizó una comida popular en la que se repartieron patatas con jabalí. Además, se pudo disfrutar de un concurso de tuta y de una chocolatada por la tarde.
desde el 2008. Se trata de una cita ferial que fue recuperada en el año 2008 por el Ayuntamiento norteño con el fin de dar continuidad a una tradición que era celebrar un mercado el tercer domingo de noviembre, que antiguamente era una feria agrícola-ganadera.
La acción sirve para reunir a los habitantes y también a los hijos del pueblo emigrados, que así tienen una cita más para regresar a su localidad natal precisamente en una época, la invernal, en la que el frío hace que haya menos desplazamientos.