Obtener el permiso de conducir se ha tornado en una tarea más que complicada. A la dificultad que suponen las distintas pruebas y exámenes se han unido en los últimos tiempos los aspectos económicos, con lo que los palentinos encuentran más trabas a la hora de sacarse el carné que hace unos años.
Todo ello se refleja en los datos de expedición de permisos de conducir que se registran en Palencia demuestra que la crisis llega a todos los sectores y pocos son los que consiguen librarse de ella.
En 2008 -fecha que se ha marcado en los calendarios como el año en el que comenzó de forma más acusada la crisis- se concedieron 4.346 permisos de conducción en Palencia, según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico.
La situación económica ha hecho que esta cifra haya descendido progresivamente en los años siguientes, pasando a 3.465 en el 2009 y a 2.255 contabilizados el año pasado. Esto supone que en cuatro años estas licencias han experimentado una caída del 50% en la provincia de Palencia, aunque se puede decir que el descenso ha sido generalizado en todo el país.
Si tomamos como referencia los datos de los permisos de clase B -los más habituales- se aprecia esa bajada en los últimos años. De los 2.714 permisos de 2008 se ha pasado a 1.656 en 2012, tal y como se refleja en los datos de Tráfico.
Por otra parte, entre los meses de enero y febrero de este año se han expedido en Palencia 339 permisos, de los cuales 259 son de clase B.
Esto supone una media de 169 carnés al mes o, lo que es lo mismo, cinco nuevos palentinos han obtenido este permiso cada día.
más tiempo. El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Óscar Poza, explica que en la actualidad se espera más tiempo que antes para sacarse el carné de conducir. «Si no resulta imprescindible, la gente decide aplazar este gasto hasta que su situación sea mejor o realmente necesite el permiso para su vida diaria», destaca Poza.
Además del carné de clase B, ha experimentado un ligero descenso el número de personas interesadas en el A2.
«Como el permiso de la clase B te permite conducir motocicletas con una cilindrada máxima de 125 cc, hay personas que experimentan la conducción con motos y luego quieren más, por lo que optan por sacar el carné A2, que autoriza a conducir motocicletas con una potencia máxima de 35 kW», explica el responsable de la Asociación Provincial de Autoescuelas.