Jorge Díez, el hasta esta semana secretario general de Podemos Palencia, apenas pronunció un puñado de palabras en la última Asamblea del Círculo que se celebró el pasado viernes.
Era una reunión importante porque en ella se debía concretar el sistema de recogida de las 1.500 firmas que Podemos necesitaba para concurrir a las elecciones del próximo 24 de mayo bajo la marca Palencia Sí se Puede.
A ella asistió apenas una veintena de personas. Fue una Asamblea rara -al menos para los espectadores ajenos a Podemos-, en la que quedó clara la división que existe en el Círculo de Palencia.
Lo que empezó siendo un encuentro meramente organizativo acabó desvelando las muchas dudas que ya existían sobre el papel a jugar en las elecciones municipales. La idea era que desde ayer y durante 12 días se colocasen mesas de petición y recogida de firmas. Una, durante las mañanas, en la Calle Mayor, y otra, en el local de Podemos y en los barrios, por la tarde. Esto exigía al menos dos personas por mesa y día, pero cuando llegó la hora de contabilizar la gente dispuesta a colaborar, apenas pasaban de diez.
Las objeciones fueron de distinto pelaje. Algunos participantes de la Asamblea expresaron sus dudas por que se tuviera ya un borrador del programa electoral -que consta de 45 folios en su sexta edición- pero no se pudiera llevar a las mesas porque hasta el día 31 de marzo no finalizaba el trabajo de recogida de ideas y antes debía pasar los exigidos estudios de viabilidad por parte de la Dirección Nacional.
Hubo quien exigió más argumentos que el de «porque no somos casta» para estar en una mesa pidiendo el DNI a los palentinos para reunir las 1.500 firmas necesarias para concurrir a las elecciones.
Además, se supo que Palencia Sí se Puede ya tiene una lista de candidatos para las elecciones ante la extrañeza de algún participante que exigió, sin éxito, conocer quiénes eran esas personas.
Tras más de una hora de debate, hubo quien expuso la conclusión de que «la implicación de la gente no era la que debería ser» y que existía «un problema de falta de cooperación» porque «han trabajado los mismos de siempre». Ese día ya se dijo alto y claro que «si no sale gente, se para [la candidatura] y asunto acabado».
Las únicas palabras que pronunció el secretario general, Jorge Díez, durante todo este debate fueron para defender los tiempos de un proceso electoral que se han demostrado improvisados y que han generado críticas en el seno de la organización.
El Consejo Ciudadano del Círculo de Palencia de Podemos confirmó ayer, pasadas las once de la noche, que no concurrirán a las elecciones. Unas horas antes, el propio Jorge Díez confirmaba la noticia adelantada por La 8 de Castilla y León Televisión sobre su dimisión. «Me he desvinculado y no voy a hacer declaraciones al respecto», dijo.
un error político. La crisis que vive Podemos no se debe tanto a la falta de cooperación de sus integrantes como al error político de su Consejo Ciudadano, con el secretario provincial a la cabeza, al torpedear el proceso de integración con Ganemos para favorecer la vía de la agrupación de electores.
Cuando la Asamblea encomendó a este órgano de dirección la negociación con la plataforma ciudadana de una posible confluencia, nadie esperaba -sobre todo después de alcanzar un acuerdo a través de un partido instrumental- que el propio Consejo tuviese en mente dinamitar los puentes alterando la consulta ciudadana.
Con la decisión de introducir en la pregunta la posibilidad de concurrir bajo la marca Sí se Puede Palencia, que al final resultó la ganadora, Podemos se pegó un certero y doloroso tiro en el pie. Una decisión que el Consejo ha defendido por activa y por pasiva y que ya en su día el secretario general defendió con el órdago de su «dimisión irrevocable» que finalmente el Consejo no aceptó. Palencia Sí se Puede se ha demostrado una decisión equivocada por falta de tiempo, unión y medios necesarios para llevarla a cabo.
Precisamente, una de las opiniones que se escucharon en la Asamblea del pasado viernes fue la de cómo el proyecto municipalista de Podemos debía haberse planteado de forma independiente desde el momento en el que Pablo Iglesias dio orden de que la marca no concurriera a las municipales.
Esas palabras confirmaron que el proyecto municipalista le es ajeno a varios integrantes de la Asamblea de Podemos. De hecho, se recriminó, sin acritud, que debían ser aquellos que apoyaron en la consulta la opción de la agrupación de electores (27) los que trabajaran en las mesas para sacar adelante la candidatura.
Bastaba un simple análisis para ver que la integración hubiese permitido a Podemos colocar en posición de salida de la candidatura de ese tercer partido instrumental al menos a una persona de su equipo; a poco respaldo que hubiesen cosechado de los palentinos, hubieran tenido voz y voto en el Ayuntamiento la próxima legislatura.
El tiempo ha dado la razón a Cristina Reguera, el único miembro del Consejo Ciudadano de Podemos que defendió abiertamente la confluencia, lo que le valió un buen número de críticas y, finalmente, su marcha del Consejo y el partido. También a aquellos que abogaron por dejar pasar la cita municipal para no quemar la marca.
Tras la decisión tomada ayer, Ganemos Palencia hará suyos casi todos los votos de Podemos sin tener que pagar ningún precio político y conservando su marca. Por su parte, Podemos no solo se ve obligado a explicar si actuó por avaricia o error de cálculo, y por qué quedará relegado a un segundo plano en la defensa de los intereses municipales de los palentinos.
De momento, la crisis ya se ha llevado por delante la cabeza de Jorge Díez, quien ha argumentado «motivos personales» para presentar su dimisión, pero quién sabe si la brecha abierta con Palencia Sí se Puede no acaba por diezmar y destruir Podemos en Palencia.