El Quesos Cerrato Palencia repitió título en la primera Copa Princesa tras haber ganado el pasado año la última del Príncipe, en un duelo intenso y emocionante, que debió llegar a la prórroga en dos ocasiones, que ambos pudieron ganar y que se quedó en tierras palentinas, con mención especial al otro finalista, un más que digno Melilla Baloncesto.
Saltaba a la cancha el conjunto palentino muy concentrado y con las ideas muy claras, tratando de hacer daño a su rival con un alto ritmo de juego, corriendo, penetrando y doblando en busca de puntos fáciles bajo el aro. De esa forma llegaban las tres primeras canastas del encuentro, obra de los dos interiores morados que integraban el quinteto inicial, Urko Otegui y Lamont Barnes. Un 6-0 (dos minutos tardaba en llegar la primera canasta visitante, de Josep Franch) al que darían la vuelta los de Alejandro Alcoba a base de triples. Tras el anotado por el citado Franch aparecía en escena Brandon Edwards. Ocho puntos (dos triples y un mate) del estadounidense situaban por primera vez por delante al Melilla con cinco minutos por jugar (9-11).
Un poco más tardarían en señalar la primera falta los colegiados del partido (ayer, de forma excepcional, eran tres), que luego tendrían mucho trabajo. Aunque eso sería más tarde. Antes, el conjunto de Sergio García igualaría su máxima renta hasta el momento, con las canastas consecutivas de Dani Rodríguez (ocho puntos en el primer periodo) y Lamont Barnes que ponían el 21-15. Dos tiros libres de Jorge Sanz sellaban el 21-17 con el que finalizaba el primer acto.
En el segundo acto se igualaba el marcador al comienzo de las rotaciones en el equipo palentino. Y eso que el triple de Joan Tomàs mantenía los cuatro puntos de renta (26-22) después de tres minutos de juego. Pero la tercera falta señalada al alero local le enviaba a continuación al banquillo y su equipo parecía descentrarse un tanto. Sergio García se veía obligado a sentar a uno de sus hombres de perímetro y fue a través de los jugadores exteriores como su rival tomaba la delantera. Sobre todo con la suma de los 16 puntos que se repartían entre Franch y Pablo Almazán, que llevaron al Melilla con ocho de diferencia al descanso (32-40). Antes de eso, con 30-36, tras un triple frontal en el que Eduardo Hernández-Sonseca pisaba claramente la línea de 6,75 y los colegiados no señalaban una clara falta sobre Urko en la siguiente acción, el técnico palentino era castigado con técnica.
Se reanudaba el encuentro con el tercer triple de la noche de Dani Rodríguez, iniciando una remontada que acabaría poniendo por delante muchos minutos después del Quesos Cerrato Palencia (46-45, a 4’32’’ del final del periodo). Los locales secaron las vías de anotación exterior de los melillenses (que habían llegado al descanso con un espectacular 7/11 desde los 6,75) y obligaron al técnico visitante a parar el partido a 2’49’’ (50-47). El primer triple visitante tras el descanso llegaría a continuación, obra de Asier Zengotitabengoa (50-50).
Marcaba ya el ritmo el equipo palentino, que hasta el final del periodo dominó para acabar por delante (55-52) con una gran acción de Dani Pérez anotando a tabla. Diez minutos por delante, con los melillenses instalados desde entonces en una defensa zonal para tratar de ralentizar los ataques palentinos, protegiendo además a sus castigados cincos, Sonseca y Edu Gatell, ambos con cuatro faltas personales.
El cuarto periodo fue trepidante, como se esperaba del choque de colosos que había sobre el parquet. Los morados dominaron el marcador en los primeros minutos, en los que las defensas dominaban a los ataques. La máxima renta, de cinco (61-56), a 5’18’’. Entonces Sonseca cometía la quinta falta personal y Marcos Suka cogía la pelota en el Melilla para no soltarla ya. Se jugaba las siguientes posesiones hasta situar el 61-65, mientras los palentinos no encontraban el camino del aro. Cuatro tiros libres (dos de Urko, dos de Tomàs) desembocaban en el 65-65 a 21’’. Franch rehusaba el triple lateral y Suka fallaba por dos veces. El choque se iba a la prórroga, ya sin Marc Blanch, lesionado.
Cinco minutos de tensión máxima, donde la igualdad era total, hasta en los errores en los tiros libres. Y, no podía ser de otra forma, el duelo finalizaba el tiempo de nuevo en equilibrio, esta vez 74-74. La última defensa palentina, magnífica, acabó con un espectacular lanzamiento desde su propia de zona de Urko, que anotó, aunque fuera de tiempo.
La segunda prórroga también fue de infarto. La inició con un triple Dani Rodríguez (79-75) y la acabó él mismo (87-85), con otro. Entre medias, espectáculo, decisiones arbitrales protestadas, nervios en ambos bandos, fallos, aciertos y, como suele suceder, alegría y tristeza en uno y otro lado de la cancha.