La edad da sabiduría a las personas y muy pocas pueden presumir hoy en día de superar la barrera de los 105 años en unas condiciones físicas que ya quisieran muchos.

Rosario Arroyo López es una de las más longevas de la provincia, ayer cumplía nada más y nada menos que 105 años en su localidad natal, Herrera de Pisuerga.

La mujer ha residido la mayor parte de su vida en la ciudad norteña aunque también estuvo treinta años regentando una perfumería en Barcelona, donde vivía junto a su padre y su hermano.

Soltera, la herrerense explicaba ayer que ha trabajado mucho en la vida y también confesaba cuáles eran sus aficiones cuando era más joven. «Me encantaba bailar, cantar, sobre todo zarzuela e incluso recuerdo algunas canciones,  jugaba a muchas cosas, bordaba y hacía manualidades, además de leer», explicaba ayer la abuelita de todos los herrerenses.

Desde hace cinco años, cuando le pusieron un marcapasos, vive en la Residencia La Piedad donde juega al dominó, practica gimnasia e incluso baila, como ayer lo hizo con  algunas de sus cuidadoras y familiares durante la celebración de sus 105 años.

Afirma además que aunque le gusta todo «como poco y el dulce lo pruebo de vez en cuando y no tomo pastillas pues me encuentro muy bien». Tanto es así que el próximo mes tiene previsto acudir a Roma en avión con Mensajeros de la Paz para ver al Papa.

El Consistorio herrerense en nombre de todos sus vecinos le obsequió con un ramo de flores.