La tradicional Fiesta del Corpus Christi se queda sin una de sus costumbres, la de la tradicional recepción institucional del alcalde a las autoridades y su posterior desplazamiento bajo mazas hasta la Catedral. El motivo es que la Diócesis de Palencia ha limitado la representación política.
Detrás de esta decisión hay una vieja disputa entre ambas instituciones, la cual reverdece cada vez que la ciudad conmemora una festividad, sobre todo en San Antolín, Las Candelas y el Corpus.
El problema viene porque en el espacio entre la Capilla Mayor y el Coro cabe un número finito de sillas y en estos actos multitudinarios es habitual que el Ayuntamiento envíe por su cuenta invitaciones. Al final, entre autoridades, concejales, familiares, amigos y compromisos... apenas queda sitio en este espacio privilegiado.
Este comportamiento conlleva las críticas de los fieles, sobre todo de aquellos que madrugan para asegurarse un buen sitio, y que cinco minutos antes de que empiece la misa son obligados a levantarse para que se acomode el invitado de turno.
La Diócesis decidió hace tiempo tomar las riendas de la organización de estos grandes actos en la Catedral que, como litúrgicos que son, son responsabilidad suya en exclusiva, pero ha sido ahora cuando ha tomado la decisión de restringir a 24 el número de sitios reservados para autoridades. Como el resto no tendrá el sitio asegurado en primera fila, por eso el Ayuntamiento ha decidido cancelar el acto previo.