Después de un turbulento lunes, los mercados consiguieron ayer relajarse, a pesar de la incertidumbre sobre Italia. El Ibex 35 cerró la sesión en positivo, motivado por la subasta del Tesoro, y se anotó un avance del 1,49%, mientras que la prima de riesgo terminó la jornada situándose en los 415,2 puntos básicos, tras haber abierto en 433,2 enteros.
Pero, pese a la mejora del selectivo y del indicador, la sombra del rescate continúa planeando sobre España. Sobre todo, teniendo en cuenta que desde el Gobierno ni confirman ni desmienten si van a reclamar la ayuda a Bruselas y se limitan a asegurar que están «estudiando los pros y los contras» al respecto. Así se pronunció el pasado lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien insistió en señalar la «dificultad» que entraña dicha solicitud. «No es como apretar un botón, tiene un montón de implicaciones para la economía», insistió, para agregar que el Ejecutivo «está mirando» si reclama finalmente el préstamo.
Si bien los datos de ayer eran mejores que los del inicio de la semana, con una bajada de más de 10 puntos en la prima de riesgo, el indicador continúa por encima de los 400 enteros, lo que propiciaría la petición a Bruselas. Por ello, y ante las numerosas especulaciones surgidas en los últimos días, el titular de Industria, José Manuel Soria, insistió en que el Gobierno se planteará la conveniencia de solicitar el rescate en función «del interés general», al tiempo que destacó que «las cosas importantes» que están ocurriendo en las finanzas patrias, como el crecimiento de las exportaciones e inversiones en el exterior por parte de empresas nacionales, lo que da un halo de optimismo.
No obstante, la inestabilidad en Italia, provocada por el anuncio de la dimisión del primer ministro, Mario Monti, tras la aprobación de los Presupuestos Generales, hace temer un efecto de contagio que pueda acabar llevando a España a la deriva, por lo que una petición inmediata podría frenar cualquier desmoronamiento.
También se encuentra el hecho de que tanto el presidente, Mariano Rajoy, como los miembros de su Gabinete insisten desde hace algo más de un mes en que éste será el peor trimestre de la recesión y que la economía levantará el vuelo en 2013. De hecho, han fijado para mediados del próximo año la «salida del túnel».
Mientras, el portavoz del PP en el Parlamento, Alfonso Alonso, reclamó a los responsables de la UE que tomen medidas para evitar que la «situación de inestabilidad política en un país zarandee los fundamentos económicos de todo el continente» y recordó que los problemas de Europa «requieren respuestas y soluciones comunitarias» y no nacionales.
visita de draghi. Una de las principales exigencias a la hora de pedir el rescate es la garantía de que el BCE compre deuda soberana española, de modo que la prima de riesgo se relaje por debajo de los 200 puntos. Una posibilidad que desde el Banco Central Europeo han descartado en numerosas ocasiones.
Ahora, el propio presidente del órgano emisor, Mario Draghi, tendrá la posibilidad de explicar sus razones ante el Congreso, ya que ayer anunció que asistirá a una sesión en la Cámara Baja en enero o febrero. Una visita que podría enfriar la intención de solicitar la ayuda, al menos, hasta que el economista italiano exponga sus argumentos.
Desde el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba mantuvo su rechazo a cualquier reclamación financiera a Bruselas, mientras desde CiU, Josep Antoni Durán i Lleida pidió al Gobierno popular que no hable de forma categórica sobre el rescate hasta que no tenga tomada una decisión en firme al respecto. Por su parte, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, consideró que la ayuda «ya no es una opción, sino algo inevitable», y responsabilizó de esta situación a Rajoy porque, señaló, las políticas llevadas a cabo no han contribuido a reconducir la crisis económica.