El Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (IFOR), con sede en la Escuela de Ingenierías Agrarias del Campus de Palencia, lleva varios años liderando proyectos diseñados para preservar los bosques y sus entornos. La institución, coparticipada por la Universidad de Valladolid (UVa) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), que depende del Ministerio de Economía y Competitividad, es un modelo en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) aplicado a las masas forestales.
Su amplio bagaje investigador engloba diversos proyectos que actualmente abordan el impacto del cambio climático en el bosque mediterráneo, tanto desde la ecología como de la selvicultura; estudios de suelos y fauna; conservación de recursos genéticos naturales; el estudio de una red de bosques mixtos a nivel europeo; o el manejo y prevención de plagas y enfermedades en los montes.
«La fecha oficial de fundación data de 2009 pero este tipo de centros son la cristalización de una amplia labor investigadora anterior, que en nuestro caso se remonta a finales de los 90. Aquí primero ha existido una evolución y después se ha ido dando forma a una estructura que va creciendo poco a poco. Especialmente en el ámbito internacional, lo que permite reunir masa crítica con gente que trabaja de una forma integrada en los laboratorios». Así lo pone de manifiesto Felipe Bravo, director del IFOR y catedrático de Ordenación de Montes y Planificación Forestal. Buena parte del centenar de personas que integra el Instituto -entre profesores, investigadores contratados y universitarios que cursan un máster o preparan una tesis doctoral- trabaja en la Escuela de Ingenierías Agrarias de Palencia y el INIA de Madrid, mientras dos investigadores más ejercen su labor desde los Campus de Valladolid y Soria. «Esta agrupación nos permite tener visibilidad nacional e internacional y, sin duda, somos ya el mayor centro de investigación en gestión forestal de España y uno de los más importantes del sur de Europa. En el conjunto del continente, en lo que a producción de proyectos investigadores se refiere, nos situamos entre los doce mejores», sostiene.
Para el IFOR, alcanzar una dimensión internacional siempre ha sido un factor clave y la idea de investigar de forma global lleva a la institución académica a tratar de convertirse «en un referente mundial», tal y como explica Bravo. Como ejemplo, se participa desde hace tiempo en el fortalecimiento de masas boscosas en el sur del Sahel africano a través de un proyecto de cooperación con universidades de Etiopía, Níger y Mali.
Transferir conocimiento. «Nuestro papel en este proyecto de cooperación se centra en transferir conocimiento a sus centros de investigación y en Palencia ya se han leído varias teses doctorales de estudiantes etíopes en torno a sus bosques. Ahora hay otro alumno más de este país al que se apoya a través de la Cátedra de Micología y de empresas locales de este ámbito como ID Forest. También hay profesores africanos que han venido aquí a realizar parte de nuestro máster», sostiene.
Otro proyecto destacado es el denominado Simwood que aborda el déficit de recursos de los bosques en el continente europeo, fundamentalmente madera, y que se relaciona con su alto nivel de vida y el hecho de que solo se aprovecha un 40 por ciento del crecimiento anual forestal y hay que importar el resto para su transformación. «Se busca cómo movilizar recursos madereros de una forma sostenible mediante una inversión de casi seis millones de euros, aportada entre 28 socios de 17 países liderados por el Centro Forestal de Baviera (Alemania). Nuestra aportación se lleva a cabo dentro del ámbito de la selvicultura, y contamos con otras dos redes forestales que lideramos desde nuestro instituto, EuMixfor y Pine Strengh, también en Europa», indica Bravo.
Desde el IFOR, su máximo responsable señala además que se impartirá un máster basado en ciencia de datos con obtención, procesado y análisis orientados a mejorar la gestión forestal. Finalmente, el centro universitario de la UVa en Palencia cuenta con un doctorado en conservación y uso sostenible de sistemas forestales.
Asimismo, desde el IFOR se mantienen actualmente relaciones científicas estables con numerosos centros de investigación nacionales e internacionales, donde sus investigadores y estudiantes realizan estancias y proyectos cooperativos y toman parte en seminarios y cursos.
En España existen acuerdos con el Cesefor de Soria; la Universidad Politécnica de Madrid (Forestales-Montes); y el European Forest Institute Mediterranean Regional Office-Efimed de Barcelona.
En la UE se hace lo propio con el European Forest Institute-EFI; el Instituto Europeo del Bosque Cultivado-IEFC de Bordeaux (Francia); el International Union of Forest Research Organizations-Iufro de Viena (Austria); y el Instituto Superior de Agronomia, ISA-Lisboa, Forest Research, Forest Academics de Portugal. Fuera del continente europeo se colabora en varios proyectos en Estados Unidos a través del College of Forestry Oregon State University-Corvallis. También en Latioamérica existen intercambios con INTA-Misiones Montecarlo (Argentina); INTA-Bariloche (Argentina); la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Villa Mercedes, Universidad de San Luis (Argentina); y el Departamento de Ciencias Forestales de Medellín, en la Universidad Nacional de Colombia.
Los convenios bilaterales permiten que cada dos años acudan también durante diez días universitarios junto a sus profesores de la Universidad de Oregón (Estados Unidos) para conocer la gestión de las estructuras forestales de Castilla y León. Asimismo, dos estudiantes de Ingeniería de Montes del Campus de Palencia realizan su trabajo durante seis meses en la Universidad del estado americano.
TRABAJO. En el trabajo actual, el IFOR se afana en el desarrollo de proyectos de ámbito local contra los fenómenos de plagas y enfermedades que están acrecentándose por el cambio global y el intercambio de especies foráneas invasivas, amenazando la supervivencia y multifuncionalidad de las masas forestales. Así, existe un proyecto con la colaboración de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta. Consiste en un estudio a realizar entre 2015 y 2018 (biología, fenología, reproducción y daños) sobre los principales insectos, sobre todo el Leptoglossus occidentalis, como principal agente que afecta a la cosecha de pino piñonero en Castilla y León.
«En investigación forestal los seguimientos a largo plazo son muy importantes y cuesta mucho obtener financiación al ser muy difícil explicar que debe mantenerse una red de seguimiento de producción, en este caso de piñas, que puede durar 15-20 años», sostiene Felipe Bravo. La Diputación vallisoletana, que prestó su apoyo desde 2013 a través del proyecto ProPinea, ha anunciado que renovará un convenio con el IFOR, a través del INIA-Cifor, para continuar con los trabajos y avanzar en medidas que ayuden a recuperar el rendimiento del piñón blanco. Para ello se desarrollan métodos y herramientas sostenibles que permiten el seguimiento y control de las plagas, de cara a reducir el daño causado a la producción y rendimiento de las piñas, por los importantes beneficios económicos que generan en la comarca de Pinares en la provincia de Valladolid.
A su vez, existe una línea de investigación prioritaria que tiene que ver con la protección frente al fuego, ya que su incidencia es particularmente severa en los ecosistemas forestales mediterráneos y podría exacerbarse en un escenario de cambio climático. En este sentido, Felipe Bravo recuerda que se trabaja desde hace varios años en el INIA-Cifor para observar el comportamiento del incendio. «Los trabajos van generando herramientas asociadas a métodos de extinción e indirectamente de prevención. Además, destaca otro grupo asociado al efecto del fuego sobre los servicios del bosque que tiene que ver con la producción de setas. Finalmente, se estudia la estructura de los bosques en función de su tamaño para reducir en la medida de lo posible la extensión de los incendios», expone Bravo.
En otros apartados del trabajo investigador del instituto universitario se requiere el uso de la tecnología de la información y la comunicación (TICs) como la programación de modelos, teledetección espacial o la radiometría de campo en el ámbito rural. «Ahora desarrollamos un método con láser que permite hacer una captura de las formas de los árboles y realizar así estimaciones de las estructuras de los bosques de una forma rápida y fiable.
Otra línea de trabajo hace referencia a la estimación del carbono fijado en los bosques, sobre la que nuestro equipo de trabajo publicó un libro en 2012 en torno al desafío del cambio climático en las masas forestales traducido a varios idiomas, incluido el chino, y en 2016 saldrá una nueva edición ampliada», concluye Bravo.