La 'Pedrea' no sabe de edades

Carlos H. Sanz
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Cientos de niños participaron en el reparto de pan y queso, preludio de la gran fiesta que 'El Cristo' vivirá este domingo

Quién no ha sido niño y ha deseado luchar a brazo partido para hacerse con una de las bolsas de pan y queso que se arrojan desde el balcón a los pies del Cristo del Otero durante la tradicional pedrea de Santo Toribio.
Desde hace tres años, la Asociación de Vecinos y el Ayuntamiento de la capital dan la oportunidad a los más pequeños de sentir los nervios, la ilusión y la satisfacción de participar en la que sin duda es una de las tradiciones más palentinas.
Una oportunidad que aprovecharon ayer cientos de niños y niñas, que se congregaron en el Cerro del Otero para luchar por una de las bolsas con pan y queso. Una lucha ficticia ya que de nuevo la organización se aseguró de que todos los niños saliesen con su bolsa de pan y queso.
Si en la fiesta grande está el obispo de la Diócesis en el reparto del pan y el queso, en la infantil estuvo, como no podía ser de otra forma, Alberto Merino, de 12 años y estudiante en el Blanca de Castilla, que el pasado mes de diciembre fue elegido Obispillo de la Navidad palentina.
Y, por supuesto, no faltaron las autoridades, desde el alcalde, Alfonso Polanco, y parte de su equipo de Gobierno, hasta los portavoces de la oposición, Heliodoro Gallego y Juan Gascón, así como el presidente del barrio del Cristo, Miguel Ángel Brugera.
En menos de una hora se repartieron las 500 bolsas con pan y queso dispuestas para esta pedrea infantil. Y aunque ya desde una hora antes del inicio había un buen número de familias esperando en el Cerro del Otero, nadie, o casi nadie, se quedó sin su preciado trofeo. Es más, hubo quien repitió y cosechó más de un trozo de pan y queso para compartir con la hermana más pequeña o los padres.
Y es que, al final, la magia de Santo Toribio es esa, la de compartir una jornada de fiesta con aquellos que más quieres.