Décima victoria de la temporada para el Plásticos Magonsa Villamuriel ante el Atrio Bupolsa en un duelo en el que decidió la fe de Aitor Martínez, que peleó un balón largo que parecía perdido y significó el único tanto de la fría tarde de ayer en el Rafael Vázquez.
El partido estuvo muy disputado a lo largo de una primera mitad en la que las oportunidades fueron escasas, aunque ambos contrincantes tuvieron la suya para haberse adelantado en el marcador. Sin embargo, los rematadores no estuvieron atinados para aprovechar sus opciones.
Después de un par de buenas llegadas de los cerrateños, el Atrio Bupolsa se estiraba y metía miedo a los locales con un centro-chut de Cosín que Diego Rubio (ayer lateral zurdo de los de Francis Olea) sacara con la cabeza junto a la línea de meta. La respuesta del Plásticos Magonsa Villamuriel se producía cerca ya de la media hora de juego, cuando un saque de esquina botado por Javichi era cabeceado picado por César Simón fuera. Una ocasión clara, libre de marca, donde el delantero no pudo precisar su remate. Y, antes del descanso, apenas un buen disparo lejano del visitante Zamora (que como el local Kike tuvo que ser sustituido con problemas físicos antes del intermedio), despejado por Sevi a córner.
Se reanudaba el duelo con una clara oportunidad cerrateña en el primer minuto de juego, gracias a una precisa combinación entre Jorge y Javichi que este, con poca convicción, enviaba fuera cerca del poste. A continuación repetía Javichi (de cuyas botas salían buena parte de las acciones de peligro del Villamuriel, canalizando el trabajo de todos sus compañeros), cabeceando fuera cuando buscaba la escuadra a centro lateral de César. Y, tras los dos avisos sobre la portería del Bupolsa, el Plásticos Magonsa Villamuriel recibía el merecido premio del gol. Justo después de que César viera una rigurosísima cartulina amarilla, el Bupolsa sacaba la falta en el centro del campo, Sevi atrapaba la pelota y sacaba en largo. Aitor corría junto a un defensa, el balón botaba y el delantero palentino ganaba la partida para tocar y alojarlo en las redes e inaugurar el marcador. Era el 10’ del segundo acto.
El susto para los locales llegaba un cuarto de hora más tarde, en un balón que se le escapaba a Sevi y que Guti no acertaba a rematar en condiciones. Fue el único acercamiento burgalés con peligro en busca del empate.
Y en cambio el equipo local aún pudo aumentar la renta. Lo mereció a la media hora de esta segunda mitad, por la belleza de ejecución de la jugada. Sus dos jugadores de mayor talento, Javichi y Tuco, se asociaban en la banda izquierda del ataque palentino y, en tres toques acababa rematando al poste Javichi. No fue gol, pero no hizo falta para que los tres puntos se quedaran en Villamuriel de Cerrato.