Fue el primer tren diésel del mundo en llegar a los 256 km/h y ayer se convirtió en el primero en unir Palencia y León por la Línea de Alta Velocidad (LAV). El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) estrenó, sin bombo ni platillo, la LAV entre estas dos ciudades con la circulación de uno de sus trenes laboratorio. Una de las dos unidades de la serie 355 de las que dispone para la auscultación de líneas, en especial las de Alta Velocidad.
A las 13 horas y unos minutos, el Virgen de Montserrat, sobrenombre que ahora lleva este Talgo , entró en la Línea de Alta Velocidad. Lo hizo a la altura de Inmapa, donde desde hace años un cambiador de anchos esperaba a que se abrieran sus puertas y se viera, desde el quicio del portón, un tren. El 355.002 tuvo el honor de ser ese primer tren que pasa de ancho ibérico a ancho UIC en estas instalaciones de Villamuriel que en un futuro no muy lejano usarán a diario al menos los seis Alvia Madrid-Santander.
Pero el tren laboratorio no llegó y se lanzó sobre el cambiador sino que hizo una primera aproximación, retrocedió unos metros y atravesó la barrera que en España marca la diferencia entre los trenes convencionales y los de Alta Velocidad. Mermó la anchura de sus ejes de los 1.668 a los 1.435 mm, y se obró la magia: El tren ya estaba en la vía de Alta Velocidad. El primero no de obra.
Antes de todo esto, una decena de técnicos había comprobado que el cambiador, montado en 2012, funcionaba a la perfección, como así fue. El destino inicial de la unidad fue la estación de Palencia. A las 13,20 minutos apareció en la terminal capitalina. A baja velocidad tomó el cambio de aguja de entrada y se colocó en el andén central de la estación. Para no estorbar a los operarios que se afanan en dar por terminada la obra de remodelación de los andenes, fue estacionado en la zona norte de la estación, donde no llegan los viajeros. Poco relumbrón, casi discreción, se podría decir.
El vehículo pionero descansó en Palencia hasta las 15,45 horas, cuando retomó viaje a través de un territorio inexplorado aún hacia León. Y lo completó, al llegar a media tarde a los andenes de la estación en fondo de saco leonesa.
Su labor ayer fue una toma de contacto, una primera incursión en la línea, sin registrar los diferentes parámetros que escrutará a partir de ahora en su ir y venir continuo entre León y Palencia. Más adelante alcanzará Valladolid, cuando se termine la integración de la Alta Velocidad en el corredor norte de la ciudad vallisoletana.
Este tren laboratorio tiene previsto realizar varias circulaciones durante el día de hoy entre Palencia y León. Precisamente hoy el presidente de Adif, Gonzalo Ferré, visitará las obras de la estación palentina. Se trata de una visita privada, para conocer la marcha de la remodelación de los andenes y la adaptación de Jardinillos a la llegada de la Alta Velocidad.
El presidente de Adif podría además cubrir la distancia entre León y Palencia a bordo del tren laboratorio que ayer estrenó la conexión de Alta Velocidad entre estas dos ciudades.