Simpáticas, risueñas y divertidas. Si hubiera que describir con tres palabras a Tamara Peñalvo Bautista y Cristina Alcalá Serrano, estos serían los adjetivos que mejor definen su personalidad. A falta de unas horas par su proclamación, las damas de las fiestas de este año comienzan a sentir los nervios propios de representar a la juventud guardense durante los próximos días.

Tamara es una joven de diecisiete años que estudia en el Instituto de Guardo. Aunque asegura que siente «una enorme vergüenza» por enfrentarse a la intensa agenda a la que deberá hacer frente desde el miércoles, no oculta su alegría por desempeñar un cargo «que no podía rechazar».

Gran apasionada de las verbenas, precisa que, en términos generales, el programa de fiestas «está bien» aunque echa en falta «actuaciones que consigan llamar la atención de la gente joven».

Por su parte, Cristina llegó a la Montaña Palentina procedente de Alicante hace veinticuatro meses. A sus dieciocho años vive San Antonio con gran intensidad junto a sus amigas con las que integra una de las peñas que llenan de colorido las Fiestas Patronales.

Al igual que su compañera, subraya que la programación «es muy interesante, con eventos para todos los gustos». Y es que, en oposición a lo que estaba acostumbrada en la Comunidad Valenciana, asegura que las de Guardo «son unas fiestas para disfrutar en compañía de los tuyos y pasártelo bien, mientras que en Alicante está todo mucho más institucionalizado».

Ambas desean a los guardenses «unas felices fiestas y que disfruten hasta que el cuerpo aguante». Unos días que aprovecharán para desconectar de sus estudios que continuarán cuando finalice la temporada estival.

Para entonces comenzarán una nueva etapa estudiantil en un curso de peluquería, una de sus aficiones y que esperan que se convierta en su futura profesión.