La Dirección General de Producción Agropecuaria de la Junta ha detectado un año más la presencia de la bacteria ralstonia solanacearum (smith) yabuuchi et al., en las aguas superficiales del río Camesa, en todo su recorrido en la provincia de Palencia por lo que ha prohibido el riego de cultivos de solanáceas con dicho agua.

Una prohibición que afectará al cultivo de patata y otros cultivos de solanáceas (tomate y berenjena) durante el presente ejercicio y también en 2014 en las parcelas cuyas aguas de riego procedan de la zona de los ríos declaradas contaminadas.

Bacteria que es la causante de la podredumbre parda de la patata, por ello no se permitirá el riego con aguas del río Camesa; ni tampoco de los ríos Arlanzón y Arlanza y que en este caso afecta al tramo del puente viejo de la carretera de Lerma (C-110) en la localidad de Quintana del Puente.

De igual modo y aunque no se ha detectado la ralstonia aguas abajo hasta el término municipal de Torquemada, se establece que en las zonas regadas por estas aguas es conveniente tomar medidas preventivas para garantizar la calidad fitosanitaria de la patata.

Hay que recordar que la primera prohibición de la Junta se remonta al año 2004, cuando se restringió el uso de las citadas aguas para el riego de cultivos sensibles al aparecer la ralstonia en el río Camesa.

Desde entonces la Institución Regional ha detectado durante varios ejercicios la presencia de la bacteria, por lo que se ha ejecutado un programa de seguimiento  consistente en la evaluación permanente del tubérculo.

Por ello, se han realizado inspecciones visuales en campo y en almacenes y se han analizado numerosas muestras con resultados positivos en aguas superficiales recogidas en el tramo del río Camesa del término municipal de Quintanilla de las Torres.

programa de seguimiento. Como consecuencia de los resultados desde la Administración Regional se han tomado medidas preventivas para garantizar la calidad fitosanitaria de la patata de siembra. Además, consideran necesario continuar con el programa de seguimiento con el fin de controlar la posible difusión de la enfermedad.

Todo ello teniendo en cuenta, explican desde la Dirección General de Producción Agropecuaria, que la presencia de esta bacteria no tiene ninguna implicación en la salud pública para las personas ni para los animales o el medio ambiente, ya que esta enfermedad sólo afecta a las solanáceas.