Un paisaje, a veces desolador. El comercio de la capital palentina no atraviesa su mejor momento, a tenor de los datos oficiales y del panorama que presentan muchas zonas urbanas.

Los carteles de se vende o se al quila son cada día más habituales en las fachadas de los locales comerciales, lo que supone una pérdida directa de empleos, todo ello como consecuencia de la crisis del sector y la caída del consumo.

Las cifras hablan por sí solas. En los últimos seis años, el comercio minorista de la capital ha perdido un 18% de establecimientos, lo que se traduce en que uno de cada cinco comercios que en 2007 tenían abiertas sus puertas, en la actualidad están cerrados.

Los datos del Anuario Económico de la Caixa 2012 indican que el año ha comenzado con 1.776 comercios, una cantidad que dista de los 2.158 que había en 2007. En este tiempo se han quedado por el camino 382 establecimientos comerciales.

Este saldo negativo, que resulta de sumar las aperturas y restar los cierres, es el fiel reflejo de los problemas que en estos momentos tienen los comerciantes de la ciudad. Mientras unos se mantienen otros no tienen más remedio que bajar la persiana de sus negocios de forma definitiva, especialmente cuando se trata de comercios tradicionales, que en la actualidad no atraviesan su mejor momento.

Son precisamente éstos los que tienen un futuro más negro ante ellos, ya que las franquicias están tomando posiciones en el mercado comercial de la capital.

Según el informe que elabora La Caixa, el gasto medio por palentino en el comercio local fue de 3.168 euros el año pasado, lo que supone que del bolsillo de los ciudadanos salieron casi 800 euros menos que en 2007, cuando se gastaban 3.957 euros en el sector. De esa cantidad, 1.678 se destinó a alimentación y el resto a otros productos, según indica el estudio. Concretamente, 608 euros de media se destinaron a vestido y calzado, mientras que 256 euros fueron para artículos del hogar.

La ciudad dispone de 648 tiendas de alimentos -de ellas 49 son supermercados-, habiéndose perdido una cuarentena en la última década. A ellas se suman dos centros comerciales, además de 280 tiendas dedicadas a calzado y textil y 287 al hogar.

Todos estos datos se traducen en una importante pérdida de empleos, ya que el cierre de empresas supone que se queden sin trabajo decenas de palentinos que dependían económicamente de ellas.

lo tradicional. Muchos de los establecimientos que han echado el cierre son negocios familiares y de arraigada tradición en Palencia. Algunos se han visto empujados a dejar la actividad por la aparición de grandes marcas o establecimientos, mientras que otros lo han hecho por jubilación de sus responsables o por falta de continuidad en la dirección.

Pese a esta desaparición, todavía pueden verse ejemplos de locales que, generación tras generación, han sobrevivido en la capital a la llegada de nuevos empresarios y a la crisis de los últimos años.

En la Calle Mayor varios negocios permanecen tal y como fueron montados hace décadas, mientras que en otros casos han sufrido remodelaciones y cambios de imagen. Lo importante es que aguanten.