Una historia bajo el paralelo 42º norte

Juan Carlos Castro
-

Por nuestra provincia pasa una de las líneas donde más leyendas se han concentrado a lo largo de la historia de la humanidad • Esta coordenada también repercute en las leyendas del Norte

‘Fuentes Tamáricas’, también conocido como ‘La Reana’ fue uno de los lugares sagrados de los primeros habitantes de la zona Norte de nuestra provincia. - Foto: Juan Carlos Castro

La magia en sí es algo más que un truco o un juego visual; es historia y el recuerdo de algunas vivencias y leyendas que desembocan en mitos que aún hoy seguimos adorando. Puede que ya no sean creíbles, cuentos de mayores para entretener a niños, sin embargo no hay recuerdos que conserve la memoria sin un componente especial, tan distinto, que se podría considerar sobrenatural.

Esas historias se suceden en las comarcas norteñas propiciadas por una línea mágica y ficticia que en sus 111 kilómetros de grosor engloba toda la provincia, incluido el Camino de Santiago.

Se trata del paralelo 42 grados Norte. Una línea imaginaria que conecta el desierto de Gobi, bajo el que encuentra Shambala con los Montes Kunlun, donde se localiza el Palacio de Jade, una de las metas taoistas. Los orígenes de Roma o la región de los Grandes Lagos de América el Norte son otros de los lugares con los que la Palencia y su comarca Norte comparte denominador. Ese mismo bajo el que se asientan todas las apariciones de santos, maleficios, tumbas, aquelarres y fuentes con poderes sobrenaturales que constituyen parte de la historia de la comarca.

EL ORÁCULO DE AGUA. Cuando los romanos llegaron al Norte de la provincia siguiendo el oro que arrastraba el Carrión se encontraron, donde hoy se asienta Velilla, con un centro sagrado del que dejó constancia Plino el Viejo.

La Reana es como se conoce en la localidad caliega a una fuente que brota o se seca sin motivo aparente. Un receptáculo que se vacía y se llena en pocos minutos y sobre el que los primeros pueblos de la zona y después los romanos, creyeron que había un don o maldición. «Si te estás bañando en la fuente y desaparece el agua te falta poco tiempo para morir, aunque hay quien cree que es si la ves por primera vez vacía» , recuerda Jaime Reyero, estudioso de la historia de la comarca.

TIERRA DE BRUJAS. Cerca de Velilla, en Guardo, abundan las historias de brujas y aquelarres.

Cuenta Reyero que uno de los posibles orígenes de la devoción que se tiene a la Virgen del Carmen en Guardo se debe a que fue ésta quien salvó a una zagala, en las proximidades de la ermita del Cristo del Amparo, de un aquelarre.

Entre consagraciones al demonio y fantasmas, se encuentra el Hoyal, una zona entre Guardo y Muñeca donde tiempo atrás existía una sima de la que provenía una música, que capturaba a las jóvenes y solo las liberaba en la noche de San Juan, cuando se las veía bailar  en las inmediaciones.

UN TRIBUTO DE CERA. Cardaño de Arriba, una pedanía de Velilla, hoy casi despoblada conserva una tradición que comparte con Llánaves de la Reina. Cuentan que un padre y su hijo se vieron atrapados por una tormenta entre la localidad leonesa y la pedanía. En esa situación el padre dejó al niño con todo lo que transportaban y corrió a pedir ayuda a  Cardaño. Cuando llegó el padre, la tormenta impidió a los palentinos salir en la búsqueda del niño, que sobrevivió en tales condiciones durante dos días protegido por San Lorenzo.

Desde entonces, todos los años los vecinos de Llánaves entregan a los de Cardaño monedas de cera con las que iluminan al santo.