• El regidor del municipio en el que se declaró el miércoles un incendio que arrasó 300 ha. reconoce que fue «dantesco» observar las llamas «y ver a los animales huir»
Pocas cosas son tan tristes como ver un bosque reducido a cenizas. El silencio absoluto lo envuelve todo en una realidad cenicienta. Ni los pájaros tienen dónde posarse, ni mamíferos hallan dónde enconderse ni alimentarse en lo que hasta el pasado miércoles, cuando arrancaron las llamas, era su hábitat.
Después de un trabajo «extraordinario de todos en las labores de extinción», de un «despliege de medios impresionante», para David de Prado, alcalde de Santervás de la Vega, «ver cómo ha quedado el monte es muy doloroso».
De Prado indica que el lugar ha resultado muy castigado. Algo que también ratificó el jefe de Servicio de Medio Ambiente de la Junta en Palencia, José María Martínez Egea, que daba por prácticamente destruido este pinar de La Cerra con, según el alcalde, «casi 50 años».
«Se tardará muchos años en recuperarlo», afirma apesadumbrado el regidor del municipio en el que se inició este fuego, que finalmente calcinó 750 hectáreas, de las que 300 eran forestales, en Santervás, Villota del Páramo y varios municipios leoneses.
«Espero que las Administraciones tomen medidas para recuperar este espacio», manifiesta De Prado, aunque insiste en que pasará mucho tiempo para rehabilitar este espacio de un incendio que llegó a calificar de «dantesco» y «apocalíptico». No sólo «por el humo, el olor, el calor, la altura de las llamas que han dejado en nada a pinos de 14 y 16 metros», sino también por ver a los corzos salir corriendo del bosque a toda prisa, pues esa era su única forma de defensa. «Es algo que se ha estado comentando en el pueblo durante todos estos días», apunta David de Prado.
Pérdidas. El alcalde de Santervás advierte que de las 400 hectáreas agrícolas pasadas a fuego muchas estaban aún sin cosechar, «otras estaban esperando para recoger al paja y en otras incluso ya había pacas», por lo que las pérdidas en este aspecto son cuantiosas. «No me atrevo a cuantificarlas». Sin embargo, opina que la mayor pérdida se ha dado en el bosque. «Las parcelas agrícolas, con las pérdidas que puedan suponer, se recuperan el año que viene. El bosque, y lo que le rodea, no».
El pinar de La Cerra tiene diferentes regímenes de propiedad. Hay partes que son privadas y otras públicas que dependen de la Junta de Castilla y León o bien de las Juntas Vecinales. De estas últimas «los vecinos sacaban aprovechamiento de leña. Pero no es sólo la leña lo que se ha perdido. Son las setas, son las especies de arbustos, los tomillos que han sido barridos por el fuego... Eso también se ha perdido».
Y a escasas fechas para el comienzo de la media veda, también la caza, porque como reconocían algunos cazadores de la zona, lo que no ha fallecido en el incendio ha huído. Y las codornices de los campos cercanos no afectados, también se han marchado.
Afortunadamente, y pese a la espectacularidad del fuego, que llegó a congregar a 150 personas en un operativo pocas veces visto en Palencia (con presencia incluso de la Unidad Militar de Emergencias), lo que no hay que lamentar son daños personales. Pero en la retina de quienes colaboraron en las labores de extinción y en las de los vecinos de Santervás, San Andrés de la Regla, Villapún o Villota del Páramo siempre quedará la impronta del fuego arrasando una zona muy querida y necesaria en la comarca.