Aveces no hace falta ni una sola palabra, un gesto o una mirada pueden decir mucho más que un sonido. La comunicación no verbal y la expresividad han sido siempre desde la Antigüedad la forma de comunicarse de los humanos, desde las pinturas de Altamira hasta una obra de arte moderno, todo el mundo quiere decir algo con una imagen.

La fotografía es la mejor herramienta para retratar a las personas, pero no siempre una imagen gráfica capta la esencia, el alma del modelo. Algo muy difícil que sí que han conseguido Marce Alonso y César del Valle que el pasado mes de septiembre decidieron emprender un proyecto para fotografiar a un gran número de vecinos de Aguilar en blanco y negro.

Bajo el nombre de Gestos se exhibe, con gran éxito de público, en la Biblioteca Municipal Bernardo El Carpio de la villa galletera una muestra con 61 de los 130 retratos que han realizado Alonso y Del Valle.

Todos ellos son vecinos de la localidad que decidieron posar de forma voluntaria para los dos retratistas y formar parte de la memoria gráfica de Aguilar de Campoo. Unas instantáneas en blanco y negro que fueron realizadas durante una semana y en la que se trataba de captar la esencia y la sicología de las personas a través de sus gestos, algo que a juicio de los visitantes se ha conseguido. Así, se puede ver desde niños con gestos muy espontáneos hasta parejas dándose un beso, jóvenes sacando la lengua, perfiles, amigas posando, personas mayores sin complejos demostrando que la arruga también es bella, etc.

«La idea surgió porque somos muy aficionados a la fotografía. Viendo el tirón que tienen en los últimos tiempos las imágenes locales decidimos hacer algo pero más actual. Con la ayuda del Ayuntamiento que nos prestó la Biblioteca para realizar la sesiones fotográficas que duraron una semana», concreta uno de los autores, César del Valle.

Su objetivo era «sacar una imagen con expresividad no una foto de estudio, pues para ello ya están los excelentes fotógrafos profesionales que hay en Aguilar». Unas sesiones de diez minutos en las que los modelos no sabían qué era lo que querían los artistas. «Fue muy divertido pues la gente no sabía muy bien qué hacer y jugábamos un poco con ellos para que se relajasen y nos mostrasen su lado más natural», afirma. Lo más difícil ha sido la selección de las imágenes ya que de cada vecino tomaron unas 60 instantáneas.

La exposición, que se puede visitar hasta el 29 de febrero,  es la primera parte del proyecto, habrá una segunda con el resto de instantáneas en primavera. Una muestra que ha generado una gran expectación y que también se podría realizar en otras localidades. Barruelo ya les hayan trasladado su interés para que el proyecto también se lleve a cabo allí.