The Scream from Nature es un proyecto eco-artístico que tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza. Iniciado por la artista noruega Lise Wulff con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Edvard Munch, se basa en la interpretación de la pintura del artista noruego. Este dejó en muchos de sus escritos referencias de su inquietud, sentir y emoción por la naturaleza: «Sentí cómo un grito sin fin atravesaba la naturaleza». Se trata de reconstruir el icónico rostro de la obra de Munch, experiencia que con una plantación de árboles ayer vivieron en La Yutera junto a Lise Wulff sesenta alumnos del IES Alonso Berruguete, profesores de ese centro, de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias, con su directora, Josefina Vila, a la cabeza; la vicerrectora del Campus palentino, Mercedes Sánchez; el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Palencia, Juan Antonio Marcos; la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, y el presidente de la ONG Un bosque para el planeta Tierra, Jorge Extramiana.
Entre los objetivos de esta última figura crear un bosque que recorra todo el planeta uniendo países, personas y culturas, además de hacer una autopista verde que de posibilidad a los animales de emigrar. El kilómetro 0 del proyecto mas importante de la ONG tendrá lugar el sábado, cuando se realizará la plantación del grito por la naturaleza, El grito de Edvard Munch, con cerca de 500 árboles, en el municipio de Atapuerca -entre el Camino de Santiago y el edificio del Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca-. Esta acción se enmarca dentro del Congreso Internacional de Medio Ambiente-Clima y Objetivos de Desarrollo Sostenible que desde hoy se celebra en la Universidad de Burgos organizado, entre otros, por Un bosque para el planeta Tierra en el que, según explicó Extramiana, la embajada de Francia expondrá las principales conclusiones de la Cumbre de París, además de la participación de entidades como la Agencia Estatal de Meteorología, Greenpeace, la Oficina Española de Cambio Climático, la Unesco, el Instituto Jane Goodall y representantes de, entre otra ciudades, Palencia, para presentar sus actuaciones en materia de sostenibilidad, o la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias del Campus de Palencia y la Reserva del Bisonte Europeo de San Cebrián de Mudá.
Concluida la sesión informativa, se pasó a la acción. Había que plantar una treintena de árboles, en concreto frutales (ciruelos, manzanos y cerezos), frente a otras experiencias en las que se emplearon otros materiales o fueron los propios alumnos los que compusieron la cara del grito. Lise Wulff, explica que se han elegido frutales por la transformación con las estaciones -flor, fruto-, además de que, para los chavales, es una forma más cercana de acercarse y vivir el mensaje que se quiere trasladar y que la naturaleza sea escuchada, y anima a sumarse a este proyecto mundial e, inspirándose en la obra de Munch, hacer el propio Grito de la Naturaleza y enviarlo a scream@thescreamfromnature.com. Desde la Etsiiaa se mira a esta plantación, y plantea que desde Industrias Agrarias y Alimentarias se utilicen los frutos, así como desde Cartografía (drones) se tomen imágenes.