El canto de la montaña

Andrea Benito
-

El grupo 'Amigos de la Tonada' ha recorrido este verano los bares y tabernas de valle de Santullán y Brañosera para recuperar una tradición que constituye uno de los principales valores culturales de nuestra comarca

Imagen de grupo de los ‘Amigos de la Tonada’ antes de actuar este verano en la localidad montañesa de Salcedillo. - Foto: DP

La tradición se fue perdiendo a partir del año 1974, cuando empezaron a aparecer carteles en las tabernas en los que rezaba la prohibición de cantar por orden gubernamental: «Si cantas bien, al teatro y si no, a la calle». En consecuencia, las cuadrillas de amigos que, anteriormente animaban con sus voces el ambiente de los bares, dejaron poco a poco de cantar y con la pérdida de esta costumbre, se perdió también una gran riqueza cultural.

No obstante, aún queda gente dispuesta a recuperar los valores de nuestro pasado haciendo resurgir tradiciones que, en estos tiempos de luces y sombras, hacen que la gente sea más feliz, al menos por un rato. Este es el caso de Emeterio Pinilla, natural de Barruelo de Santullán y profundamente comprometido con la recuperación de esta práctica que, «además de formar parte de nuestro pasado, nos hacer estar más unidos a nuestra tierra».

El grupo está intentado recuperar la tradición de cantar en los bares.El grupo está intentado recuperar la tradición de cantar en los bares. - Foto: DP Así, hace ya varios años, este barruelano consiguió conformar el grupo Amigos de la Tonada, cuyo objetivo es difundir los valores del canto tradicional. «Esta tradición, que en ocasiones fue el germen del nacimiento de grupos populares y que, en la mayoría de los casos, nació entre orujos, vinos y tapas, ha de transmitirse de generación en generación para que nunca se pierda, porque constituye una gran parte de la esencia de los valles y montañas que conforman nuestra comarca», indica Pinilla. Por ello, durante todo el verano, este grupo de amigos aficionados al canto ha recorrido bares y mesones del valle de Santullán alegrando con sus voces la vida de vecinos y turistas.

«Hemos cantado en todos los bares de Barruelo, en Brañosera y también en Salcedillo, algo que seguiremos haciendo año tras año, porque siempre queda algo y no todo se lo lleva el viento, porque el canto colectivo nos alegra y nos hace compartir sentimientos», expresa Emeterio Pinilla.

la tonada montañesa. Este veterano cantante se ha convertido así en el principal impulsor de la tonada montañesa en nuestra comarca, aunque su afición por el canto se desarrolló hace ya muchos años. «A lo largo de mi vida he interpretado todo tipo de canciones y ritmos: coplas, fandangos, boleros, milongas, zambras, pero sobre todo tonadas y canciones», expresa Emeterio Pinilla. En este sentido, aunque habitualmente se identifican la canción y la tonada como un mismo género, existen grandes diferencias entre ambas. La tonada es más corta, mientras que la canción consta de versos y estribillo.

Por otra parte, las tonadas cuentan historias sobre la vida de las gentes que han poblado y siguen poblando las frondosas montañas del norte de la península, por lo que, además de tener un gran valor musical, son también una bella forma de describir la idiosincrasia de los pobladores montañeses. Las tonadas hablan del mar, de la minería, de la ganadería, de la agricultura y, en definitiva, de una serie de determinantes que han influido en la construcción de nuestra propia identidad. «Por ello, lo que queremos poner en valor desde nuestro grupo», señala Emeterio Pinilla, «es la riqueza cultural que representa la tonada en nuestra comarca, un género lírico tradicional de las cuencas mineras, que constituye uno de los mayores tesoros del patrimonio musical de Asturias, Cantabria y el norte de León y Palencia, pero que, por desgracia, se está perdiendo con el paso de los años». Así, con el objetivo de poner en valor esta riqueza, el grupo Amigos de la Tonada cuenta también con un blog dedicado al folklore que pretende convertirse en un espacio para el recuerdo y la nostalgia.

un deseo. «Nuestra ilusión es cantar a nuestra tierra, transmitir las canciones tradicionales que han pasado de una generación a otra y si es posible conseguir que se vuelva a colgar el cartel de Es recomendable cantar en los bares para rescatar, así, las tertulias donde se reunía la gente para cantar, escuchar e intercambiar impresiones. Porque el canto colectivo alegra,  consuela,  divierte y hace compartir sentimientos, por eso  hay que cantar», concluye Emeterio Pinilla.