Casi ocho años después la Justicia le ha dado la razón a un vecino de San Juan de Redondo para que le retiren de una vez por todas una insalubre fosa séptica construida al lado de su casa, que contaba con un presunto de 90.000 euros, en los aledaños del Parque Natural de Fuentes Carrionas y con fondos de la Diputación Provincial en 2006.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) ha condenado al Ayuntamiento de La Pernía a retirar o demoler en el plazo máximo de cuatro meses, la fosa séptica situada junto a la vivienda del vecino denunciante, en San Juan de Redondo.
Asimismo, la resolución judicial, a la que ha tenido acceso Diario Palentino, reitera que en el supuesto de que no se cumpla se realizarán subsidiariamente las obras por la Confederación Hidrográfica del Duero, además de imponer las costas al Ayuntamiento de La Pernía.
La resolución judicial, contra la que no cabe recurso, argumenta que el propio Ayuntamiento es consciente «de su deber de alejar la fosa séptica del lugar en que se encuentra», situada a unos «25 metros de la casa del demandante». La fosa séptica, en su ubicación actual, «tiene efectos perjudiciales para la salud de los moradores de las viviendas próximas, entre ellas la del recurrente, como resulta de la documentación obrante», subraya la sentencia.
La Sala establece que a la demolición de la fosa séptica litigiosa únicamente se procedería en el supuesto de que no se efectúe su traslado a otro lugar, «ni siquiera en ejecución subsidiaria».
Santiago de Mier Adán, el vecino afectado y cuyos intereses legales han sido defendidos por el abogado palentino Antonio Villarrubia, presentó el 10 de octubre de 2006 un escrito de reclamación por las obras que en ese momento se estaban realizando para la recogida y vertido de las aguas residuales de la localidad y, en especial, en lo que hacía referencia a la construcción de la fosa séptica dentro del casco urbano y a muy pocos metros de alguna de las viviendas del término municipal, lo que podría generar un grave problema de salubridad. Por este motivo, solicitó la paralización de las obras y el cambio de ubicación de la fosa séptica fuera del casco urbano.
Y es que la Corporación Municipal del Ayuntamiento de La Pernía había proyectado la construcción de un emisario con tubería de PVC de 300 y 400 mm de diámetro que recogiera todas las aguas residuales generadas en la localidad para trasladarlas para su tratamiento hasta la instalación de una depuradora proyectada.
PROBLEMAS DE SALUBRIDAD. El Servicio Territorial de Sanidad de la Junta emitió un informe desfavorable al señalar que aunque se reconocía el beneficio medioambiental sobre la calidad de las aguas del cauce del río Pisuerga, no se podía ignorar «los problemas de salubridad que pueden sufrir los vecinos próximos al lugar de la ubicación de la fosa séptica y donde se realiza el vertido de las aguas residuales una vez depuradas, dada la escasa distancia a ellas (25 m)». Por eso, se señalaba que la «ubicación actual de la fosa séptica no era aceptable debido a los problemas de salubridad antes esgrimidos generados en los vecinos cercanos, encontrándose al mismo tiempo en zona de servidumbre del cauce del río Pisuerga, no encontrando justificación técnica para la autorización de obras en la misma».
Pese a todo, en septiembre de 2008, dos años después desde que denunciase por primera vez la construcción de dicha fosa séptica, Santiago de Mier afirmó en declaraciones a Diario Palentino que la infraestructura continuaba «inamovible al amparo y protección del Ayuntamiento de La Pernía, la Junta Vecinal, la Diputación de Palencia y la Junta de Castilla y León». Y es que tras haber instado a la Confederación Hidrográfica del Duero a que cumpliera la resolución que dictó en noviembre de 2007 por la que se «comprometió a demoler la fosa, y no llegándose nunca a cumplir, Santiago de Mier se vio obligado a presentar una denuncia en el Juzgado de Cervera de Pisuerga contra el entonces alcalde de La Pernía y el presidente de la Junta Vecinal de San Juan de Redondo.
De hecho, el organismo de Cuenca había sancionado a la Junta Vecinal de San Juan de Redondo con 1.800 euros por no derribar ni cambiar la ubicación de la misma.
De Mier también llegó a acudir a la Guardia Civil, aunque le remitieron a la Junta, para denunciar «los malos olores que desprendía la fosa». «Vino un guarda que realizó un informe y pudo comprobar que el olor era irrespirable», llegó a indicar.
De Mier, en su particular cruzada mantenida en los últimos años, también acudió al Procurador del Común, que estudio su caso; envió cartas a la Diputación de Palencia -que fue la encargada de financiar la instalación- y al Ayuntamiento de La Pernía, además de reunirse con responsables de la Junta de Castilla y León en Palencia y pedir ayuda también a la Confederación Hidrográfica del Duero. Sin embargo, ahora ha sido el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León el que le ha dado la razón..., casi ocho años después de muchos sinsabores.