Un colectivo vivo

Rubén Abad
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La 'Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer' de Guardo trabaja en la actualidad para dar servicio a una veintena de personas diagnosticas con esta patología • Ha puesto en marcha un código 'QR' para los pacientes

Imagen de los voluntarios y varios usuarios de ‘AFA-Guardo’ durante una merienda en el local de la asociación. - Foto: Rubén Abad

La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA-Guardo), en una constante búsqueda de mejoras sociales y de calidad de vida para sus usuarios, está trabajando en la actualidad en la creación de unas chapas en las que se estampará un código QR con la intención de facilitar a los vecinos de la localidad el que puedan ayudar a los usuarios que se desorienten a llegar a su casa o ponerse en contacto con sus familiares directos.

Esto será posible gracias a los móviles de última tecnología que permiten interpretar dicho QR, que derivará a una página personalizada para cada usuario del centro en la que se recogerán datos como nombre, dirección, teléfono de contacto, medicación necesaria o un mapa de su domicilio. Todo ello, con el consentimiento de sus familiares que decidirán en todo momento los datos que se plasmen de cada persona.

Esta aplicación ha sido posible gracias a uno de los voluntarios de AFA-Guardo, Eduardo Gutiérrez, «con la intención de sacar de un apuro con algo tan sencillo como una chapa a las personas más desprotegidas».

El colectivo elaborará chapas personalizadas para aquellos usuarios del centro que lo soliciten.El colectivo elaborará chapas personalizadas para aquellos usuarios del centro que lo soliciten. - Foto: DP Como Eduardo, hay otras personas que colaboran con los enfermos de la comarca aportando su ayuda a los mayores, entre los que se encuentran 17 voluntarios masculinos que se encargan de las tareas de traslado desde la Unidad de Respiro Familiar a los domicilios de los afectados. A ellos se suman cinco mujeres que acuden un día por semana a la asociación para hacer compañía a los veintidós abuelos que cada tarde, entre las 17 y las 20 horas, pasan un rato con sus iguales.

Allí trabajan divididos en dos grupos atendiendo a lo avanzado de su enfermedad en los que inciden en la estimulación cognitiva y psicomotriz. Todo ello es posible gracias a la ayuda de los familiares y de los más de 170 socios «que son muy consecuentes y que colaboran en todo lo que pueden,asistiendo a las múltiples actividades que desarrollamos desde el colectivo a lo largo del año como meriendas o jornadas de convivencia», destaca Lali Pinilla, presidenta de AFA-Guardo.

Para que el trabajo diario sea una realidad, desde el colectivo cuentan con la ayuda de la Diputación Provincial, la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta, AFA-Castilla y León y los Ayuntamientos de la zona.

A ello se han de sumar las empresas Cobasguar, Hormigones Vallejo, Asesoría AZ, Iberdrola y la venta de loterías, la recaudación de la cuota de socios, aportaciones anónimas de los vecinos y cenas benéficas, con las que recaudan dinero que se destina a los diferentes proyectos que  ponen en marcha.

NUEVO PROGRAMA. Desde la asociación han puesto en marcha un nuevo programa intergeneracional para hacer más cercana a los escolares de Guardo esta enfermedad.

Para ello, los responsables del colectivo les dan a conocer las consecuencias de esta patología y los comportamientos que de ella se derivan en las personas afectadas con la intención de enseñar cómo se debe actuar en cada situación.

Este proyecto se divide en dos programas: uno destinado a Educación Primaria y otro a Secundaria, adaptado a las capacidades y conocimientos de los alumnos. En el primero de los casos se pretende que los escolares adquieran un vocabulario y unas nociones básicas para entender la enfermedad, qué comportamientos van a tener las personas afectadas, el motivo por el que se van  a comportar de esa manera y cómo se puede ayudar a normalizar, lo máximo posible, la situación.

Por otro lado, a los alumnos de la ESO se les ofrecerá información sobre la enfermedad y las cuestiones relacionadas con la misma para que puedan comprenderla y ser de utilidad a las personas que la padecen y a quienes cuidan de ellos.

Para ello utilizarán un cuaderno de actividades, libros infantiles que explican la enfermedad, películas y actividades extraescolares con el objetivo principal de que los jóvenes «sean conscientes de esta dolencia y de la forma en que deben actuar ante las personas diagnosticadas», reiteran desde la asociación.