Los profesionales del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba efectuaron ayer el primer trasplante hepático de donante vivo realizado en España entre una abuela, de 55 años, y su nieto, de uno, que había nacido con atresia de vías biliares extrahepática, una malformación del hígado que lo deteriora, la principal patología que motiva este tipo de intervenciones en la infancia.
Esta operación pionera, que es fruto una vez más del «altruismo consolidado» de la sociedad española en este campo, solo cuenta con dos precedentes parecidos en todo el páis, concretamente dos abuelos que donaron a sus nietos uno de sus riñones. En este caso, el trasplante se llevó a cabo a finales del pasado me de junio de este año, cuando el bebé, que ahora tiene un año, tenía nueve meses.
En el anuncio público del hito médico estuvieron presentes el bebé, Juan José, y la abuela materna, Francisca Fuentes, acompañados por la madre de la criatura y el equipo médico que efectuó la intervención. Así, tal y como explicó Fuentes, ser la donante de su nieto ha sido «la cosa más hermosa que ha podio hacer en este mundo», «darle vida» al pequeño, para que «dejara de sufrir, porque poco a poco se apagaba», por lo que reiteró que es «una satisfacción».
Además, la abuela resaltó que está «bien» tras el trasplante, que no le ha perjudicado «para nada», al tiempo que recomendó la donación de órganos, porque «es una cosa que da mucha satisfacción», algo que «la animaría a hacerlo de nuevo otra vez».
Mientras, el doctor Javier Briceño, responsable del equipo médico, explicó que «el índice de supervivencia del bebé era de unos seis o siete meses de vida, pero empeoró drásticamente y obligó a hacer una evaluación de donación un poco más acelerada de la habitual», de modo que «en el momento que se trasplantó su expectativa de vida no superaba el mes».
INCOMPATIBILIDADES. Se trata de la primera operación de estas características que se lleva a cabo en España, y una de las primeras en el mundo, a pesar de que cada vez es más común. La incompatibilidad para regalar un segmento hepático a su bebé por parte de los progenitores propició que entrara en escena la familia directa.
La abuela, que recibió el alta cuatro días después de la intervención, donó a su nieto alrededor del 20 por ciento de su hígado. El pequeño necesitó dos semanas para poder volver a casa y ahora «se encuentra perfectamente». La operación se realizó hace tres meses y medio y gracias a ella el bebé disfruta de «una excelente función hepática». Abuela y nieto se han recuperado «satisfactoriamente» y acuden a revisiones periódicas.