Casado y con un hijo, Miguel Ángel Brugera, funcionario de la Junta de Castilla y León, ha tomado las riendas del barrio del Cristo.
¿Con qué sensaciones llegan usted y su equipo a la Junta Directiva del barrio?
Llegamos con ilusión. La idea era conseguir un grupo lo más numeroso posible de gente que estuviera interesada en hacerse cargo de la Asociación, en trabajar y mantener un compromiso con los vecinos del barrio. Cuando lo conseguimos, cuando se reunió un apoyo tan importante, me decidí también a ponerme al frente.
¿Qué visión del movimiento vecinal tiene?
El movimiento vecinal se ha apagado bastante, así que el reto es que los vecinos crean de nuevo que la Asociación es un instrumento válido capaz de cambiar, o al menos ayudar a ello, sus condiciones de vida. Que crean que es un instrumento de interlocución válido frente a las Administraciones y el resto de la sociedad, que les representa de una manera eficaz.
Para llevarla a cabo se ha rodeado de un equipo de casi 30 personas, en el que se aboga por decisiones y responsabilidades colegiadas
No queremos ser una Asociación presidencialista en la que primen los cargos. Los cargos deben existir porque así lo marcan los estatutos y porque debe haber una cabeza que represente a la Asociación, pero eso no implica que no tenga que ser abierta.
La Asociación del Cristo va a ser de los socios pero también debe serlo de aquellos que no estén asociados. Debe ser un cauce de participación sin que para ello se obligue a a las personas a estar inscritas. Queremos un proyecto colectivo, abierto, transparente y participativo.
¿Qué herramientas van a utilizar para lograr este giro en el movimiento vecinal del Cristo?
Vamos a crear varias comisiones para que los vecinos participen, trabajen, debatan y se impliquen en ellas. La primera de ellas, la de Organización y Estatutos es muy importante porque pretende dar la vuelta a los Estatutos de la Asociación para hacerla lo más ágil posible, y, también, crear un Reglamento de Régimen Interno.
Cuando se inició el último proceso electoral, no estaban claros los procedimientos, tiempos o tipos de candidaturas. Este tipo de cosas hay que dejarlas claras.
Y, después, constituiremos comisiones, integradas por miembros de la Junta Directiva, en las que se marcará una serie de objetivos que queremos que salgan adelante. A ellas convocaremos a los vecinos, de manera que empecemos a trabajar juntos de una forma reivindicativa pero también práctica a través de las actividades.
¿Cada cuánto tiempo se reunirán estas Comisiones?
La idea es vernos muy a menudo. Se trata de que haya mucha gente trabajando, así que hay que coordinarse. Es probable que su periodicidad sea mensual, aunque seguro que al principio nos reuniremos más a menudo.
Otro de los retos que se han marcado es reincorporar a los jóvenes a la Asociación
Es fundamental que la juventud esté implicada en la vida de la Asociación, por eso hemos creado una Comisión específica. Los jóvenes han estado alejados del movimiento vecinal y al decir esto no pretendo echar culpas a la anterior Directiva porque es un mal endémico del movimiento asociativo.
¿Está en peligro la continuidad de la Asociación en la Federación?
Las relaciones no son malas y no tenemos ningún motivo para estar fuera. Cuando nos reunamos sí daremos nuestra opinión sobre la labor que debe realizar la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palencia: coordinar el trabajo entre todas porque la unión es la fuerza. La Favpa es importante y debe existir porque todas tenemos muchas cosas que poner en común y por las que trabajar.